Ford y los colores de sus modelos

Ford convirtió el color de los vehículos en un símbolo de identidad. Los colores tienen un significado según distintas teorías: el rojo evoca poder y […]
Ford convirtió el color de los vehículos en un símbolo de identidad.
Los colores tienen un significado según distintas teorías: el rojo evoca poder y pasión, el azul transmite confianza y calma, el amarillo proyecta optimismo, el verde sugiere aventura y conexión con la naturaleza, mientras que el gris y el negro connotan sofisticación y elegancia. En la era de la personalización, esta conexión entre el color de un auto y la identidad del conductor sigue vigente, una relación que Ford ha sabido interpretar ofreciendo una amplia gama de modelos y colores diseñados específicamente para ciertos estilos de vida.
Sin embargo, no siempre fue así. En los inicios de Ford Motor Company, la eficiencia primaba sobre la personalización. La producción se centraba en el icónico Modelo T, con una filosofía resumida por el propio Henry Ford: “Fabricamos el Modelo T del color que el cliente guste, siempre y cuando sea negro”. Esta limitación, enfocada en optimizar la producción, contrastaría fuertemente con la evolución del automóvil a lo largo del siglo XX.
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A medida que la sociedad avanzaba, los vehículos se transformaron en expresiones de individualidad, una tendencia que Ford eventualmente identificó y capitalizó, marcando el inicio de una nueva era: el automóvil como extensión de la personalidad.
Conforme avanzó el siglo XX, los vehículos se convirtieron en reflejos de la imagen que se quería proyectar. Modelos como Ford Thunderbird, icónico en su versión roja, llevaron esta tendencia a un nuevo nivel, destacando por sus colores llamativos, su diseño distintivo con “alas” laterales y la opción de ser convertible.
1955. Ford Thunderbird y Lincoln Capri
En los años 60, Ford Mustang irrumpió en la escena automotriz, trascendiendo la funcionalidad para convertirse en un ícono de libertad y rebeldía. Democratizando la personalización automotriz, ofreció una paleta de colores vibrantes que permitía a los conductores no solo elegir un auto, sino uno que resonara con su espíritu independiente, transformando la conducción en una forma de autoexpresión.
Folleto con la gama de autos Ford en 1965
Esta tendencia hacia la personalización continuó en los años 80, cuando Ford Motor Company lanzó en México Ford Topaz, un vehículo que combinaba innovación y la calidad tradicional de Ford, ofreciendo una variedad de colores y diseños interiores para adaptarse a las preferencias de los clientes mexicanos.
Esta herencia de personalización y atención al detalle sigue viva en la actualidad. Ford Mustang de séptima generación honrando esta tradición, está disponible en 12 opciones de color, incluyendo nuevos tonos como Azul Nébula y Amarillo Solar.
La amplia gama cromática que combina elegancia, aventura y modernidad se extiende a los modelos más recientes de la marca. Por ejemplo, Ford Maverick Híbrida 2025, reconocida por su diseño innovador y funcionalidad, está disponible en una variedad de colores que van desde el llamativo Azul Eléctrico, que aporta una apariencia dinámica y moderna, hasta los clásicos Blanco Espacial y Gris Niebla, que ofrecen una estética elegante y atemporal. El Gris Carbono proporciona una opción sofisticada y contemporánea, mientras que el Negro Ocaso añade un toque de lujo y misterio. Estas tonalidades permiten a los clientes elegir la que mejor se adapte a sus preferencias.
Ford Maverick 2025
A lo largo de 100 años, Ford de México ha sido parte del camino de generaciones de conductores, evolucionando junto con ellos y adaptándose a sus necesidades. Así como cada color en los vehículos cuenta una historia y refleja una personalidad, cada década de historia de la marca del óvalo azul ha estado marcada por innovación, pasión y un compromiso inquebrantable con quienes confían en ellos.
Para conocer todos los modelos Ford disponibles y sus colores consulta www.ford.mx